martes, 18 de septiembre de 2012

Legislando para las Grandes Empresas

La Eurocámara rechaza la norma que obligaba a indicar el origen de los productos en conserva: otra medida que perjudica a los pequeños productores frente a las grandes empresas.

El rechazo del Parlamento Europeo a la norma que obliga a incluir el origen de los productos en conserva no solo perjudica a los pequeños productores frente a las grandes empresas sino que, sobre todo, atenta directamente contra el derecho de los consumidores a saber qué están comprando. Curiosamente se trata de una medida que sin duda aplaudirán los defensores del "liberalismo", cuando en realidad la supresión de esta norma supone un ataque directo a la libertad del consumidor para elegir. Una vez más queda en evidencia esa tergiversación del concepto "libertad": ¿libertad para quién? La manga ancha para las grandes empresas supone con frecuencia una restricción de hecho de los derechos de los ciudadanos.

Aquí la noticia en el diario El País:  " Pescado en Lata de Ninguna Parte "

Por suerte tenemos a nuestros representantes políticos que velan sin descanso para defender nuestros intereses... ¿O no? La eurodiputada gallega Carmen Fraga (PP) fue quien presentó la enmienda a la norma europea que obligaba a indicar la procedencia de la materia prima de las conservas bajo el argumento de que "incluir dicho dato complicaría el etiquetado", porque además saber el origen "no aportaba información relevante al consumidor", y el consumidor "sería incapaz de digerir tal cantidad de detalles". ¡Menos mal que los tenemos de nuestra parte! Imaginemos que estamos tranquilamente comprando en el supermercado y de repente nos encontramos una lata de atún que entre otros datos, esloganes y dibujitos varios contuviera un pequeño recuadro con las palabras "Origen: Angola"... ¿Quién podría asimilar tal cantidad de complejísimos datos? Habríamos de acudir a hacer la compra con un experto asesor, quizás un "personal shopper" dedicado en exclusiva a descifrar los misterios ocultos en ese turbio lineal de las latas de conservas. Por suerte no será necesario gracias a esa valiente defensora de los derechos de los consumidores llamada Carmen Fraga. Desde aquí mi aplauso y todo el aprecio por un gesto tan noble y honrado como el suyo. Gracias a ella el diseño llamativo, un eslogan seductor o el anuncio más graciosín nos bastarán como criterio a la hora de decidir qué marca vamos a comprar. ¡De buena nos hemos librado!

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