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jueves, 18 de abril de 2019

Notre Dame de Paris

Así escribía Victor Hugo la introducción a su conocida obra Notre Dame de Paris:

"Hace algunos años que, visitando o, por mejor decir, huroneando la catedral de Notre Dame de París, encontró el autor de este libro en un oscuro rincón de una de sus torres, esta palabra grabada a mano sobre la pared:

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ANATKH

Estas mayúsculas griegas, renegridas con el tiempo y profundamente entalladas en la piedra, no sé qué signos peculiares a la caligrafía gótica, impresos en sus formas y actitudes como para revelar que las había escrito allí una mano de la Edad Media, y sobre todo, el sentido lúgubre y fatal que encierran, hirieron vivamente la imaginación del autor.

Preguntóse a sí mismo, procuró adivinar cual podía ser el alma en pena que no había querido abandonar este mundo sin dejar aquella marca de crimen o de infortunio en la frente de la vieja iglesia.

Después, han embadurnado o raspado (no sé cual de los dos) la pared, y la inscripción ha desaparecido; porque esto es lo que se está haciendo hace ya cerca de doscientos años con las maravillosas iglesias de la Edad Media. De todas partes les vienen las mutilaciones, de dentro como de fuera: el sacerdote las pintorrea, el arquitecto las raspa; el pueblo llega en seguida y las derriba.

Así que, excepto el frágil recuerdo que le consagra aquí el autor de este libro, nada queda ya en el día de la misteriosa palabra grabada en la sombría torre de Notre Dame, nada del ignorado destino que tan melancólicamente reasumía. El hombre que escribió allí aquella palabra desapareció hace muchos siglos de en medio de las generaciones; la palabra ha desaparecido también de la pared de la iglesia, la iglesia misma acaso desaparecerá bien pronto de la faz de la tierra.

Sobre aquella palabra se ha compuesto este libro.

París, marzo de 1831."

ANATKH podría traducirse como "fatalidad". Al enterarme del incendio de Notre Dame me he acordado de esta novela de Victor Hugo que con tanto gusto leí hace ocho años, de cuando la compré en una vieja edición en dos tomos en la feria del libro antiguo y de ocasión de Valencia, de mi amiga Alejandra que me despertó años antes el interés por la literatura de Victor Hugo, de mi amigo Thomas que me alojó en su casa las dos veces que estuve visitando la gran catedral de Notre Dame que ahora ha ardido...

Aún no se han enfriado los restos de Notre Dame y ya han salido varias empresas y algunas personas multimillonarias a anunciar su intención de donar grandes cantidades de dinero para la reconstrucción de esta extraordinaria catedral gótica. Nunca rechazaría el dinero, pero me parece importante hacer constar algunos datos sobre la naturaleza de tales donaciones y la acumulación de capital que las hace posible:

- Las catedrales las construyen los trabajadores, no los ricos ni sus empresas.
- Las catedrales las reconstruyen los trabajadores con sus manos, no los ricos ni sus donaciones.
- Los ricos y sus empresas son ricos y pueden hacer donaciones porque se quedan la plusvalía generada por los trabajadores.
- Los ricos y sus empresas cuando donan una pequeña parte de lo robado a los trabajadores no lo hacen porque les importe el arte o la gente: lo que hacen es invertir en propaganda.
- Un estado que no puede afrontar por sí mismo la conservación del patrimonio común es un estado fallido.
- El problema de base, entonces, es el robo de los ricos y sus empresas a los trabajadores permitido por los estados, un robo al que en el capitalismo llaman "mercado laboral".

¿Por qué empresas tan reconocidamente desalmadas como Iberdrola o el banco de Santander tienen fundaciones y aportan millones a, por ejemplo, la restauración de edificios y obras de arte? Sería muy ingenuo pensar que dichas empresas lo hacen movidas por un sincero interés por el arte o el bien común (risas, por favor). Cabe recordar cómo ambas empresas penalizan continua y sistemáticamente al pobre, al trabajador empobrecido, a la clase trabajadora en general. Porque, ¿a quién cobran comisiones los bancos si no? A la trabajadora empobrecida. ¿A quién penalizan cuando no hay fondos para cubrir una deuda? Al trabajador empobrecido. ¿A quién desahucian cuando se queda sin trabajo ni ahorros? A los trabajadores empobrecidos. ¿A quién cortan la luz cuando no puede pagar un par de recibos? A los trabajadores empobrecidos.

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¿Por qué los estados o los propios trabajadores necesitarían de las donaciones y fundaciones de empresas privadas para restaurar el patrimonio histórico-artístico? Porque tanto el estado como los trabajadores han sido empobrecidos por tales empresas. Entonces, cuando donan, los ricos y sus empresas están devolviendo un ínfima parte de lo que -legalmente- nos han robado a todos. Pero además es que esas donaciones no son a cambio de nada: con ellas están lavando su imagen y, peor aún, generando en la población la idea de que sus riquezas son útiles al conjunto de la población, que las donaciones son necesarias. Y no hay nada más incierto. No rechazaría el dinero mientras sea útil, pero seguiré escupiendo (virtualmente) en sus nombres, en sus escaparates y, sobre todo, en el capitalismo que da valor legal a este crimen.

Desde ciertos sectores también se plantea que la reconstrucción de un edificio, por valioso que sea su aporte al patrimonio histórico-artístico, no debería ser la prioridad "habiendo temas más importantes" como el hambre, el desempleo, etc. Y creo que es un gran error plantear siquiera un debate sobre si el dinero debe ir a corregir problemas como el hambre o si debe ir a mantener el patrimonio pues es rotundamente falso que no haya dinero para ambos temas. Precisamente de eso hablo en esta publicación, de denunciar el origen del problema a partir del cual se generan estos falsos dilemas de tener que elegir entre arte y comida. ¿No es evidente que, si acaso hubiera realmente que elegir entre arte y comida sería porque el sistema que genera tal dilema es un verdadero fracaso, o por mejor decirlo, estamos ante un sistema inhumano que legaliza, entre otros crímenes, la explotación y el robo a los trabajadores?

Pero estos falsos dilemas se nos presentan con mucha frecuencia y, tantas veces, nos llevan a caer en el error de dejarnos llevar por la falsedad de sus propuestas. Un ejemplo reciente de esto fue cuando se planteó que España no debía fabricar armas y barcos de guerra para Arabia Saudí, y se nos replicó desde el poder político que había que elegir entre los puestos de trabajo o la ética de no colaborar con los crímenes de Arabia Saudí. Y no nos podemos dejar llevar por estas mentiras: claro que podemos cuidar del arte, la ética, la naturaleza o cualquier asunto importante, bello o valioso sin renunciar a comer, a lo más básico. Cabe recordar la cantidad de recursos que se derrochan en un sistema tan ineficiente y tan irracional como el capitalismo. Valga como ejemplo el absurdo inmenso, la estafa y el fraude masivos que supone la obsolescencia programada, que mantiene a millones de trabajadores fabricando y transportando mercancias con taras premeditadas para que pierdan su utilidad pasado un corto periodo de tiempo y así tengan que volver a fabricarse, transportarse y comprarse de nuevo. Y todo este derroche de tiempo, energías y recursos para que las empresas y los ricos sigan aumentando sus fortunas a costa de todo y caiga quien caiga. Nunca antes se había producido tanto, y nunca antes se había malgastado tanto. Claro que hay recursos materiales y humanos de sobra para restaurar el patrimonio sin renunciar a que todos tengamos bien cubiertas las necesidades básicas.

Además, un edificio tan antiguo como la catedral de Notre Dame ya ha sido reconstruído en parte varias veces, y en épocas en las que los medios materiales y las técnicas constructivas hacían más complicada y penosa la tarea. Por eso creo que lo adecuado es reconstruirlo, pero sin que ello sirva como escaparate de propaganda para nadie. Y si un estado como el francés se declara incapaz de afrontar por sí mismo la restauración de un edificio tan emblemático y valioso como Notre Dame sin desatender otras partidas de gasto igual o más importantes, entonces creo que es evidente que el problema estará en ese estado, en su gestión y en sus normas. Precisamente creo que el hecho de que no haya dinero ni interés para temas más importantes que el incendio de un edificio da fé de cómo los estados y los medios de comunicación manejan las emociones y la atención de la gente contra el interés general.

ANATKH, fatalidad, lo cuentan los libros, lo dice la historia, lo grita la destrucción del patrimonio artístico y natural: tal será el destino de la humanidad en el capitalismo.

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lunes, 26 de junio de 2017

Economía del incendio forestal

Fraga se bañó en en Palomares para demostrar que si algo puede puede acabar con la radioactividad es la propaganda. Con los incendios pasa igual. CHALECOS PARA TODOS por favor.

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El incendio de Doñana tiene sus causas y sus culpables. Lean este artículo de Purificación González de la Blanca, ex-vocal del Patronato del Parque Nacional de Doñana:

LA ECONOMÍA DEL INCENDIO FORESTAL. LAS TRAMAS INCENDIARIAS
Más de 2.000 evacuados por el incendio forestal que ya alcanza el entorno de Doñana. La historia se repite.

Los incendios forestales se han ido implantando a lo largo y ancho de nuestra geografía como una economía más, como el ladrillo, la droga o la guerra. Lo hemos escrito centenares de veces. Cada vez hay más incendios forestales, y ya no solo en verano sino en cualquier época del año.

Desde hace tiempo se han ido tejiendo en todo el territorio de la Península Ibérica unas tramas que extienden sus tentáculos por distintos sectores sociales, políticos, institucionales y bancarios, alimentadas por los incendios forestales, que hoy constituyen la economía del incendio, fuertemente implantada desde el gobierno Central hasta los ayuntamientos, pasando por las autonomías, hasta hacerse incontrolable. Esto tiene que cambiar, por bien de todos, por las personas, por nuestro medio ambiente, por nuestros cada vez más escasos bosques, por nuestras acosadas y únicas especies animales (osos, linces, imperiales…)

No es que estemos en manos de incompetentes, es que lo estamos en manos de tramas corruptas. En lugar de basar la defensa forestal en una política de prevención, el sistema se ha montado en torno al incendio. Los múltiples beneficios que obtenemos de los montes no mueven cuentas bancarias (favorecer la lluvia, impedir la erosión, recargar los acuíferos, amortiguar el clima, ser hábitat de especies animales y vegetales, suministrar leña, frutos, apicultura, etc.), pero si el monte arde el dinero circula abundantemente , desde unas contrataciones de personal que se realizan para la extinción (prorrogándose si los montes continúan ardiendo, o adelantándose si arden antes), pasando por la contratación (o compra) de hidroaviones, helicópteros, suministros de bombas, mangueras, equipamientos y productos químicos para sofocar las llamas, empresas de maquinaria pesada para abrir pistar forestales, personal para la saca de madera, que alimenta a un enjambre de empresas, madereras y papeleras, recalificaciones de terrenos o contrataciones de empresas de viveros y repoblaciones, etc.

Todo un tinglado económico, cada vez con mayor implantación, que coronan empresas como TRAGSA, alguno de cuyos empleados ha sido implicado en incendios forestales. Lo hemos denunciado continuamente.

La dramática situación que atraviesan nuestros montes, es un exponente del desastre de la gestión forestal (y medioambiental, en general) en España, que comienza por el saqueo del agua de los montes, dejándolos secos como la yesca, para desviarla hacia los complejos urbanísticos y turísticos, y termina por implantar toda una economía basada en el incendio. Intencionadamente se ignora lo obvio, que hay que cuidar las masas forestales durante todo el año, realizando labores de prevención y de protección de sus recursos (como el mencionado del agua), manteniendo limpios los cortafuegos y empleando a personal que conozca bien el terreno, lo que no suele suceder con todos los contratados para la extinción.

Las contrataciones deben ser para prevenir. Porque la mejor gestión es aquella que evita que el incendio se desate. Una vez desencadenado debe ser atajado por quienes trabajan en el monte durante todo el año en política de prevención, lo conocen, están dotados de medios adecuados…y no se van a ver beneficiados por el incendio. Teniendo en cuenta que si el fuego no se controla en los primeros veinte minutos, se va de las manos. He visto arder toda la Sierra de Lújar (Granada). Primero había un foco, de inmediato dos, tres... Por más que dimos aviso, la cuadrilla del Infoca tardó en aparecer más de una hora. Y la sierra ardió entera, llevándose consigo su centenario alcornocal. ¿Quién responde de ello?

El incendio no puede tener beneficiarios. La madera quemada debe ser inmovilizada. ¿Saben que TRAGSA vende madera y que España exporta madera para las fábricas de papel de Francia?

La recalificación urbanística de los terrenos quemados debe ser terminantemente prohibida, etc. Son cuestiones elementales. He escuchado a algunos presidentes autonómicos decir que si se adelantaban los incendios se adelantarían las contrataciones, y en otros casos que éstas se prorrogarían si continuaban los incendios. Así no. Así es cómo se queman los montes.

Urge enfocar el tema hacia la prevención y desmantelar las tramas incendiarias de este país. Mientras tanto los montes van a continuar ardiendo… aunque cada vez quede menos que quemar.

(Purificación González de la Blanca, ex-vocal del Patronato del Parque Nacional de Doñana)

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domingo, 10 de mayo de 2015

El Ferry incendiado Sorrento atracado por fín en el Puerto de Sagunto


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El ferry Sorrento ya ha atracado en el Puerto de Sagunto tras sufrir un incendio en alta mar y ser desalojado el pasaje sin víctimas de consideración el pasado 28 de abril. Ante el riesgo de hundimiento y para minimizar los daños al medio ambiente -teniendo en cuenta la carga de más de 700 toneladas de materiales altamente dañinos para el medio ambiente como combustibles y aceites industriales que transportaba el Sorrento- varias organizaciones ecologistas locales y nacionales pidieron que el ferry fuera remolcado al puerto más cercano, el de Mallorca en este caso puesto que el siniestro se produjo a 27 millas de éste. Pero las autoridades desoyeron la petición y optaron porque fuera remolcado hasta el Puerto de Sagunto, donde permanece atracado desde el jueves. Afortunadamente el temido hundimiento del ferry no se produjo en su camino hasta la costa valenciana y hemos logrado evitar una nueva catástrofe para nuestros castigados mares y su fauna.


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miércoles, 25 de marzo de 2009

Un retroceso injustificable

El gobierno de la Comunidad Valenciana ha reducido el presupuesto para la conservación natural en cinco millones en el último año

Chiva, Buñol, Náquera, Serra, La Nucía o la comarca de la Safor han sido asoladas por las llamas en los últimos años, cambiando el tono verde de sus bosques por el gris desértico. Aunque no todos los paisajes afectados han conseguido recobrar algo de su verdor décadas después. En la mayor parte de los casos, detrás de una reforestación incompleta se esconde la falta de inversión de las instituciones, el descontrol en las nuevas plantaciones o la simple dejadez.

En la Comunitad Valenciana las inversiones en conservación de espacios naturales y restauración de recursos ambientales han descendido en casi un 10% desde el pasado ejercicio. Por ejemplo, la partida de la Conselleria de Medio Ambiente dedicada a la preservación de la naturaleza ha pasado de los 22 millones de euros de 2008 a los 20 de la de 2009. Este área tiene como objetivos principales la conservación y recuperación de los hábitats y paisajes en los espacios naturales protegidos, así como el desarrollo de la red de espacios naturales protegidos e implantación de la Red Natura 2000. En el caso de la restauración del medio forestal, que ha pasado de 61,5 millones de euros a 58, tiene entre sus objetivos la planificación territorial forestal y disminuir el número de incendios forestales. De esta partida se obtienen las subvenciones para la redacción de Planes de Prevención de incendios forestales de los Parques Naturales y Demarcaciones forestales.

Otro de los motivos, el incorrecto seguimiento de las reforestaciones, ha provocado efectos indeseados para los municipios. Es el caso de los términos de Siete Aguas, Requena y Chiva, donde un terrible incendio veraniego arrasó en 1994 30.000 hectáreas. Ahora, 15 años después, la zona ha comenzado a tornarse verde, aunque la mala planificación de la repoblación elegida, el sistema natural, ha provocado el crecimiento descontrolado de zonas de bosque bajo. "Hay pinos que han crecido a menos de medio metro de otros, por lo que eso repercute en su frondosidad. Habría que haber eliminado cantidad para ganar en calidad", asegura un miembro de la plataforma No a la cárcel. Precisamente esta agrupación cívica ha escogido la conservación medioambiental de la zona como argumento contra la construcción de la futura cárcel de Siete Aguas.

Un caso más reciente es el del parque natural de la Sierra Calderona, donde un incendio intencionado en agosto de 2004 calcinó casi 800 hectáreas de monte adulto entre los términos de Náquera y Serra. Ahora, un lustro después, la reforestación natural y artificial con miles de ejemplares autóctonos ha comenzado a teñir de verde una zona asolada por los grises que dejan las cenizas de un ecosistema abrasado. Casi 2.000 variedades han conseguido la recuperación parcial del pulmón de Valencia, aunque hasta dentro de varias décadas no se podrá hablar de normalidad.

Pero una vez más, las inversiones de las Administraciones parecen insuficientes para una recuperación que, cinco años después, han encabezado las asociaciones ecologistas, los senderistas y los vecinos. El alcalde de Serra, Javier Arnal, asegura que la reforestación se ha hecho "muy desigual", ya que mientras en unas zonas se ha repoblado en exceso, en otras "apenas se ha actuado". Respecto a los costes, que asumió la Conselleria de Medio Ambiente, el munícipe critica que "de lo que se plasmó en el plan a lo que luego se hizo hay un trecho". Además, denuncia que las partes en las que se optó por la regeneración natural ahora no se hace seguimiento, por lo que hay demasiados plantones por metro cuadrado.

En el municipio de Llaurí, las llamas consumieron hace cuatro años más de 70 hectáreas de monte. Las Administraciones no se ponen de acuerdo sobre la restauración de la zona. Mientras la alcaldesa opta por pedir a la Generalitat que regenere la zona de Sant Sofí, la Conselleria optó por la regeneración natural, que hoy en día no ha dado demasiados frutos.

Y es que las ayudas son tan importantes para la reforestación de zonas quemadas como una actuación a tiempo en la zona. Y claro, en plena crisis, las inversiones van en otra dirección. Por eso, con el plan de actuación local que el Gobierno ofreció a los municipios para fomentar el empleo, varias de las localidades afectadas por incendios han tenido la posibilidad de emplear parte de las inversiones en adecuación de montes. Eso sí, en la provincia de Valencia sólo Torrent y Vilamarxant lo han hecho. En el primer municipio destinarán 283.000 euros a la limpieza de montes en el Vedat para prevenir los temidos incendios. En Vilamarxant invertirán 165.000 en la construcción de un cortafuegos en el término municipal.

Localidades como Enguera o Barxeta, afectadas por dos incendios el pasado año, han preferido destinar las ayudas del Gobierno a otros asuntos. El alcalde de esta última localidad, Vicent Antoni Giner, asegura que prefiere que la zona comience a recuperarse de manera natural, "a no ser que se reciba alguna subvención específica". En Enguera primero cuantificarán los daños y después pedirán ayudas "a quien haga falta", señaló el máximo munícipe, Santiago Arévalo.

(*) Fuente de la noticia: diario LAS PROVINCIAS

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