miércoles, 9 de agosto de 2017

Vegetarianos financiando ganaderos, todo es posible en la UE

Los vegetarianos residentes en la Unión Europea también ayudamos a financiar las explotaciones ganaderas donde se maltrata, mata y descuartiza a animales gracias su política de subvenciones.

Que paren la UE, que me bajo.



Así lo cuenta Daniela Romero Waldhorn en su artículo La carne que pagamos todos en El Caballo de Nietsche (eldiario.es):

Cada año, la Unión Europea (UE) subvenciona la producción de alimentos de origen animal con miles de millones de euros de nuestros bolsillos. A través de la Política Agraria Común (PAC), la UE mantiene un liderazgo a escala global en ayudas al sector ganadero. Efectivamente, según los últimos datos de la OCDE (2017), la UE aparece como la primera región en intervenciones estatales a favor de distintos tipos de carne, leche y huevos. 
En el año 2016 las financiaciones específicas para la producción de carnes de vacuno, pollo, oveja, cerdo, así como de leche y huevos, superaron los 13.600 millones de euros. Esta cifra equivale a una quinta parte del gasto público en salud en España en ese mismo año. 
Las grandes empresas del sector ganadero, muchas de ellas estrechamente relacionadas y altamente concentradas, han utilizado el dinero público para rentabilizar el uso de animales a su beneficio. Los subsidios concedidos han contribuido a la disponibilidad de piensos asequibles y para la intensificación de la ganadería, especialmente, para la explotación de pollos y cerdos. Ello ha tenido consecuencias trágicas para miles de millones de animales: vidas cautivas entre rejas, casi sin poder moverse; miles de individuos hacinados en enormes cobertizos sin ventilación; animales que jamás han sentido el calor del sol, la brisa en su rostro, la hierba bajo sus patas, o la extensión de sus alas. Pollitos machos triturados completamente conscientes, porque no son útiles para la industria del huevo. Pollos forzados a engordar hasta el punto en que sus patas se fracturan, incapaces de sostener su propio peso. Terneros criados en cubículos tan reducidos, que no pueden voltearse, mientras reclaman con desesperación a sus madres, a las que no volverán a ver jamás. Animales mutilados vivos, mientras otros desfallecen incapaces de soportar condiciones de vida tan paupérrimas. En definitiva, nuestro dinero se emplea para enriquecer a unos, mientras vivimos a expensas de la miseria de otros.



(*) crédito de las fotografías: organización animalista Igualdad Animal

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