¿Cómo hacer del ecologismo una palabra vacía más para la mercadotecnia? Por ejemplo celebrando que Carrefour venda ahora en su sección de verduras frutas envueltas en una malla de algodón en lugar de plástico: "vamos por el buen camino"; "pasito a pasito"; "Carrefour en la buena línea". ¿De verdad es así?
Para empezar hay que señalar el hecho de que esas mallas suponen sólo el 0,0001% en peso del total de los envases de plástico de los productos que cada día vende Carrefour en sus tiendas, es decir, el cambio efectuado no llega ni a la categoría de anecdótico. Sin embargo como publicidad no tiene precio: hasta partidos pretendidamente ecologistas han compartido la "noticia", recibida por los usuarios de las redes con una lluvia dorada de corazones y 'megustas'.
Cabe señalar también como, una vez más, estas maniobras de propaganda no sólo sirven para generar la idea de que las empresas pueden ser "ecológica y socialmente comprometidas" y que un "eco-capitalismo es posible" sino que además contribuyen a invisibilizar (más aún) a los mercados tradicionales y las tiendas de barrio donde siempre se ha podido comprar frutas y verduras a granel, sin plásticos de ninguna clase, y sin tener que desplazarse en un vehículo privado contaminante al lugar de compra como ocurre con Carrefour y el resto de grandes hipermercados.
Parafraseando a Jorge Riechmann: la contaminación y los residuos son sólo algunos síntomas del problema, la enfermedad es el capitalismo.
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