En el año 2007 comenzó a implantarse algo que llamaron “Movimiento Estratégico” (ME). Con este plan se quería orientar la empresa al cliente, que fuera sostenible, aumentar las perspectivas de negocio y crecimiento y que la gente participara más en la empresa. Para elaborar este «Movimiento estratégico» se contrató a dos personas de forma directa, sin mediar oposición oficial, que ostentan categorías y salarios de técnico ferroviario superior (escalas G7 y G5). Uno de estos dos trabajadores procede del sector de la sanidad, al igual que la exgerente de FGV, Marisa Gracia. La línea directiva también se incrementó, aún más, para acometer estas reformas.
A principios del 2009 comenzó a escucharse en la empresa el llamado “Plan EGEO” (Eficiencia en la GEstión y Organización de las líneas). Quisieron venderlo como una manera de enriquecer nuestro trabajo, mejorar la eficiencia y mejorar la atención al cliente. Todo esto suponía una importante restructuración, pero en todo momento la empresa alegaba que los cambios serían buenos para todos: usuarios y trabajadores. Poco a poco, fueron revelándose las verdaderas intenciones. A finales del 2009, la empresa cambió de forma unilateral y sin ningún tipo de negociación con los representantes sindicales, las funciones establecidas para su puesto de trabajo (ganadas en oposición pública), de diferentes departamentos y colectivos, entre ellos y uno de los más afectados, el de los agentes de estación. Los agentes de estaciones comenzaron a dejar vacías estaciones y a “atender” a los viajeros en los trenes. Al tiempo, hacían funciones de una categoría que había sido extinguida poco tiempo antes (EACT) ya que, según la empresa, ya no resultaba necesaria, categoría por cierto mejor remunerada que la de agente de estación. Podemos comprender ahora por qué se produjo la extinción de dicha categoría. Comenzaron también a enseñar al viajero a recargar su “soporte TSC (Tarjeta Sin Contacto)”. Esta labor también fue encomendada a los USIS, supervisores con categoría un peldaño por encima a la de agentes. Finalmente se quedaron sin personal prácticamente todas, justo poco después de que se hubiese invertido una gran cantidad de dinero en las taquillas para la venta con el nuevo sistema sin contacto. Ahora, una de las causas técnicas que alega la empresa para llevar a cabo los despidos de personal es que el volumen de ventas en máquinas automáticas es del 94% y en el tranvía del 100%. Evidentemente esto es así porque así se ha querido, es decir, si las taquillas estuvieran abiertas seguro que usted compraría el billete en taquilla pero como no lo están no le queda más remedio que comprarlo en las máquinas automáticas, por tanto, el porcentaje de venta en máquinas automáticas aumenta, EVIDENTE. Lo mismo pasa en las líneas tranviarias donde ni siquiera hay taquillas. Esta es una forma muy sutil de eliminar puestos de trabajo.