"¿Hace ruido el árbol que cae en un bosque solitario donde nadie puede oirlo?"
Siempre me ha llamado la atención la popularidad de esta supuesta paradoja. Y digo supuesta porque asumo que una pregunta así sólo puede ser planteada desde una posición profundamente egocéntrica y falta de verdadero conocimiento. ¿Por qué? Porque entiendo que la naturaleza existe, vive y siente al margen de esa triste anécdota que supone una especie como la nuestra, casi siempre tan encantada de conocerse. Más aún, mirando con perspectiva el planeta, yo diría que tras muchos esfuerzos y progresos hemos llegado a alcanzar la categoría de plaga: una especie elegida, sí, pero para protagonizar un cáncer en toda regla.
Quizás te hayas fijado, quizás no, pero es un hecho que en todos los países, en todos los idiomas, los gritos suenan más o menos igual. Y suenan aunque nadie los oiga. Igual que suena el famoso cuadro de Munch, aunque nunca haya sonado realmente. Porque un grito es un grito.
Los Gritos del Silencio - Una fotografía tomada por el fotógrafo Víctor Aranda García un día del mes de diciembre de 2001 al caer la tarde en algún lugar de la provincia de Valencia.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Un Grito en el Silencio
Publicado por Víctor Aranda García
Etiquetas: deforestación, destrucción, ecologismo, fotografía, naturaleza, ser humano
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1 comentarios:
Muy buen material.
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