viernes, 29 de abril de 2022

La estrategia de gripalización del covid

No sé si en China abrirían sus informativos con imágenes de la policía multando e incluso apaleando a personas que, durante el primer confinamiento en España, salieron a dar un paseo por el campo o la ciudad. Seguramente no. En cambio los telediarios de aquí, tras más de un año sin hablar de la situación de la pandemia en ese país, sí que dedican un espacio destacado a tratar, si bien de aquella manera, el tema. 

Sin duda se trata de que veamos por comparación, aunque una comparación casi siempre sesgada y tendenciosa, los "grandes beneficios" de la actual "estrategia" europea de "gripalizar el covid". 

Pero, ¿en qué consiste concretamente eso de "gripalizar" una pandemia que ha matado a más de 100.000 personas en España? Básicamente en asumir la idea propuesta por Boris Johnson al inicio de este desastre de seguir como si nada y "dejar hacer a la enfermedad": básicamente, que muera quien tenga que morir. Una idea por la que fue tachado de "psicópata", una "estrategia" que hubo que descartar por la presión de los medios y la opinión pública, pero que ahora parece haber sido asumida con entusiasmo por el gobierno español considerando su actuación los últimos meses.

¿Qué ha hecho el gobierno español estos últimos tiempos? Por un lado, al tiempo que se dejaba de informar de aspectos importantes para conocer la evolución actual de la enfermedad, se cambiaron arbitrariamente los valores considerados "de riesgo". Por otro, se han ido levantando, también sin el apoyo de los datos y los así llamados "expertos", todas las restricciones que habían demostrado ser eficaces para mitigar los efectos de la pandemia, como por ejemplo la obligatoriedad de llevar las mascarillas en interiores. 

Así, mientras se celebraba desde el ejecutivo el fin de tales restricciones pasaba casi desapercibido el dato de que llevamos varios meses con un índice sostenido de alrededor de 100 muertos diarios. Y llegados a este punto habría que denunciar un hecho fundamental al respecto: ninguna gripe ha causado en España ni de lejos en las últimas décadas tantos fallecidos ni tanta presión hospitalaria ni tal quebranto a la atención en los centros de salud como la que está causando el covid. 

Ni siquiera con vacunas y restricciones las cifras del covid en España son comparables a las de una gripe. Pero atendiendo a lo visto, a lo dicho entre líneas desde las instituciones y los medios, y a lo que he escuchado decir al personal sanitario, la estrategia parece ser la de favorecer los contagios y que esa figura mítica de la llamada "inmunidad de rebaño" haga su efecto. Un plan de bajo coste en lo económico, siquiera al menos en el corto plazo, pero que supone al mismo tiempo un alto coste a nuestra sanidad pública y, sobre todo, en vidas.

Se podrá objetar que, visto lo visto, un país como el nuestro en una Unión Europea cada vez más claramente dirigida por el interés de una élites oligárquicas carece de un plan alternativo, apelando una vez más a ese verdadero cáncer que ha demostrado ser eso que llamamos "mal menor". Recuerdo que fue así como se asumieron las medidas y recortes que cargaron sobre los hombros de la clase trabajadora los daños causados a la economía por los excesos y mentiras de esas élites que dirigen la Unión Europea, como un "mal menor". Recuerdo también como entonces el hoy ministro Alberto Garzón denunciaba cargado de razón esas medidas y recortes impuestos por la Unión Europea, llegando a publicar un libro coescrito junto a dos catedráticos de economía (Juan Torres López y Vicen¢ Navarro) que llevaba por título una frase que hoy, mientras vemos al gobierno progresista y a la mayor parte del electorado de izquierdas asumir sin más los dictados neoliberales de la UE, resuena aún más dolorosamente: "Hay alternativa".

Y claro que la hay, la misma hoy que hace 150 años: socialismo.

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