domingo, 19 de enero de 2014

Sobre los derechos de los animales y la indiferencia hacia su sufrimiento

Recomiendo a cualquiera con un mínimo de sensibilidad leer este artículo de Rafael Narbona sobre los derechos de los animales y la indiferencia con que nuestra sociedad trata su incuestionable sufrimiento:

"sólo nuestra perspectiva como especie superior y con derechos y privilegios exclusivos puede explicar nuestra indiferencia hacia el sufrimiento de otras especies, condenadas a la estabulación, la muerte violenta y el consumo (en los mataderos industriales). No pierdo la esperanza de que algún día rectifiquemos y olvidemos nuestras viejas excusas y pretextos. Los animales experimentan miedo, angustia, vulnerabilidad, pero su cerebro limita su vida moral. No se les puede exigir una racionalización de sus impulsos que regule sus actos de acuerdo con preceptos éticos. Le sucede lo mismo a los niños pequeños o a ciertas personas con la mente herida por culpa de una cruel enfermedad, pero no es menos cierto que esa impotencia suele convivir con la ternura y la demanda de afecto y protección. Sólo el que ha mirado a los ojos de un animal y no ha descubierto su profundo desamparo, puede ignorar que Auschwitz y un matadero industrial nacen del mismo desprecio hacia la vida y el dolor ajenos. Tal vez necesitemos una nueva época de Ilustración para comprender que cualquier utopía debe incluir los derechos de los animales, negados y escarnecidos por una humanidad obtusa y autocomplaciente."


Las respuestas habituales con las que me encuentro al tratar estos temas con amistades y conocidos suelen ser de este tipo: "es un mal necesario"; "prefiero no pensar en ello"; "es ley de vida"; "a mí es que me encanta el jamón", etc. Todas y cada una de ellas carecen de un razonamiento ético profundo y podrían resumirse en una estrofa de los Beatles que dice:  
"living is easy with eyes closed misunderstanding all you see"

Abran los ojos y detrás vendrá el corazón.

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