Esa comprometida tarea de gestionar el territorio y algunos de nuestros recursos naturales - los planes urbanísticos: ¿a quien se le ocurrió dejarla en manos de las corporaciones municipales? Al margen de escándalos como éste de Totana, de lo que no se habla tanto en los medios es de la trascendencia de la actividad urbanística por sí misma...
Imáginemos que sin permiso e inesperadamente alguien se presentara en nuestra casa para reformarla a su gusto y criterio: dicho y hecho nos cubre los muebles con estiercol, instala un corral con cerdos en el salón, tapia las ventanas con ladrillos, y nos revienta el suelo para plantar coles... ¿Qué haríamos? ¿Qué nos parece la idea? ¿Razonable? Pensemos un poco...
El urbanismo determina decisivamente el aspecto de los escenarios en los que se desarrolla nuestra vida: nuestros paisajes, nuestra arquitectura, nuestros pueblos y ciudades, nuestra huerta...
¿Acaso son nuestros? ¿Dónde empieza y dónde acaba "lo nuestro"? ¿Nos importa de verdad?
Dotados para la empatía, el arte, el pensamiento complejo, la apreciación de la belleza, y la conciencia, vivimos una realidad atrofiada y preferimos nuestro bonito ataud, nuestra casa, a la casa de todos: el pueblo, la huerta... la tierra
jueves, 29 de noviembre de 2007
Sobre el urbanismo
Publicado por Víctor Aranda García
Etiquetas: naturaleza, urbanismo
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