El deshielo del Ártico podría estar dejando escapar millones de toneladas de metano, un gas 20 veces más potente que el CO2.
El Ártico ha demostrado ser una fuente inagotable de datos y noticias sobre el cambio climático, así que no es de extrañar que buena parte de la comunidad científica vuelva sus ojos hacia una zona especialmente sensible a sus efectos. Las especulaciones no cesan, y algunos datos recabados allí superan los peores augurios. En esta ocasión hablamos de un grupo de científicos en viaje por el Ártico que afirma tener pruebas de que millones de toneladas de metano están escapando a la atmósfera desde los fondos marinos del polo Norte. Es un tema grave porque los investigadores creen que la afluencia a la superficie de este gas metano en épocas pasadas fue la principal responsable tanto de los rápidos aumentos de temperatura que tuvieron lugar, como de la consecuente extinción de muchas especies animales y vegetales.
Se cree que este fenómeno se debe al deshielo de las capas de permafrost (el hielo que permanece permanentemente congelado bajo los polos), las cuales habrían impedido hasta ahora escapar el metano de los depósitos submarinos formados antes de la última glaciación. Hablamos de una enorme reserva: la cantidad de metano depositado bajo el Ártico se cree que supera al carbono almacenado en las reservas carboníferas mundiales, lo que da una idea de la inmensidad de esta reserva natural de gas, y la vital importancia de que se consiga una estabilización de esos depósitos en un área que se está calentando a un ritmo mucho más rápido que otras del planeta.
Los científicos temen que la liberación masiva de ese metano podría acelerar el calentamiento del planeta y dar lugar a un círculo vicioso por el cual cada vez se fundiría más permafost y se liberarían mayores cantidades de gas de efecto invernadero.
Örjan Gustafsson, de la Universidad de Estocolmo y uno de los jefes del equipo de científicos que viaja en el barco 'Jacob Smirnitskyi', dice haber descubierto por primera vez un campo en el que la liberación de metano era tan intensa que el gas no tenía tiempo de disolverse en el agua del mar sino que salía a la superficie en forma de burbujas: en algunos lugares las concentraciones de metano eran cien veces superiores a los niveles normales.
Esas anomalías se documentaron en el Mar Siberiano Oriental y en el mar de Laptev, en una superficie de varias decenas de miles de kilómetros cuadrados, lo que equivale a millones de toneladas de metano, según explicó Gustafsson.
Las conclusiones de ese estudio de la plataforma siberiana, que se publicarán próximamente en el boletín de la Unión Geofísica Americana, están siendo supervisadas por Igor Semiletov, de la Academia Rusa de Ciencias.
Desde 1994, Semiletov ha encabezado cerca de diez expediciones por el mar de Laptev, y durante los años noventa no detectó niveles elevados de metano, algo que empezó a ocurrir, sin embargo, a partir del 2003.
Semiletov ha sugerido varias posibles hipótesis que explicarían este fenómeno, entre ellas un mayor volumen del agua de los ríos siberianos, que llega además al mar a temperaturas algo más altas que en el pasado debido a la fusión de la capa helada de la tierra.
El Ártico ha registrado un incremento medio de las temperaturas de cuatro grados centígrados en las últimas décadas y una fuerte disminución del área oceánica cubierta por los hielos durante el verano.
viernes, 26 de septiembre de 2008
El calentamiento global podría acelerarse
Publicado por Víctor Aranda García
Etiquetas: Ártico, calentamiento global, metano
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