El diario británico The Economist se suma a la alerta mundial sobre la peligrosa degradación que están sufriendo los océanos.
Se ha hablado mucho sobre el declive que por efecto de la acción del hombre están sufriendo los océanos del planeta, asi como de las terribles consecuencias que podría traer consigo, pero llama la atención que una publicación de corte tan liberal como The Economist aborde el tema con la claridad y contundencia con que lo hace en un artículo publicado la semana pasada. Titulado "A sea of trouble" ("un mar de problemas"), en este editorial The Economist recoge algunas de las reflexiones que ecologistas y científicos llevan años promulgando, como la necesidad de actuar antes de que los indicios lleguen a ser evidencias, antes de que las alertas se transformen en alarmas... en fín, antes de que toda esta serie de incómodas verdades que aún niegan algunos llegue a convertirse en una dolorosa catástrofe para todos.
Así de claro lo escribe The Economist en el último párrafo del artículo:
"Subida del nivel del mar, corales muriendo y explosiones de algas extendiéndose, son sólo distracciones menores para mucha gente. Unos cuantos huracanes más como el Katrina, inundaciones dramáticas en la ciudades costeras del mundo rico, quizás incluso el cierre parcial del gran cinturón global de corrientes, especialmente si se trata de alguna de las que calienta el oeste de europa: esto podría llamar la atención de los políticos. El problema es que para entonces puede ser demasiado tarde".
Y es que una crisis global como la que podría suceder si continúa la degradación del medio ambiente a este ritmo nos afectaría a todos, incluso a esos ricos neoliberales negacionistas que hasta ahora se han demostrado incapaces de mirar un poco más allá de la cuenta de resultados económicos del mes. ¿Quién dijo aquello de "donde todos ven crisis, yo veo oportunidad"? Se dice mucho ahora a tenor de la crisis económica que estamos viviendo. ¿Por qué no aplicar también ese principio de la oportunidad a la crisis medioambiental? ¡Lo ecológico abre las puertas a muchísimos nuevos y lucrativos negocios! ¿Por qué no aprovechamos esta crisis/oportunidad para cambiar por las buenas? Porque el cambio, un gran cambio, será inevitable, y será por las buenas o por las malas, al margen de gustos o éticas, por una simple cuestión de supervivencia.
Así que, ¡ánimo avestruces de la política y los medios! Id sacando la cabeza del hoyo y mirad alrededor de una vez. Veréis que la oportunidad también es vuestra.
lunes, 12 de enero de 2009
Un mar de problemas
Publicado por Víctor Aranda García
Etiquetas: océanos, opinión, The Economist
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